domingo, 2 de enero de 2011

Propósitos de Año Nuevo?

Comienza un nuevo año y las personas acostumbran hacer propósitos. Una gran mayoría de ellos está relacionado con alcanzar el éxito profesional, frenar alguna conducta adictiva (fumar, beber, comer en excesos, hacer ejercicio, etc) o cambiar de empleo.
Sin embargo, pocas son las personas que se hacen el firme propósito de realizar su reforma íntima y menos aún aquellas que priorizan mejorar su vida espiritual.
Qué pasaría si en esos momentos de festividad por el cambio de año escucháramos a las personas decir: tengo el firme propósito de dejar de ser menos violento.. o de ser menos envidioso.. o de practicar la caridad trabajando con otros seres más necesitados que yo.. o dejar de perseguir dinero y lujos. El futuro sería más esperanzador no?
Mucha gente persigue la paz y la felicidad en cosas que, paradójicamente, la alejan de ellas. Dinero y seguridad económica.
Bien, pues los buenos espíritus, por medio del espirtismo, nos abren un campo de posibilidades y de herramnientas para realizar esa transformación interior que, al ayudarnos a irnos despojando de aquellos defectos que nos hacen sufris y, lo más grave, lastimar a los demás, nos acercan a la paz y la felicidad.
El Maestro Jesús nos dio esas herramientas a lo largo de su evangelio, que se centra esencialmente en el amor, a nosotros mismos, y hacia los demás. Amor es el camino.
Entonces, te invitamos a buscar en el espirtismo, esencialmente en Jesús, una ruta no explorada para que logres construir esa paz interior que tanto has buscado.
Nuestra primera recomendación es la de leer El Evangelio Según el Espiritismo -que puedes descargar de la página web de la Federación Espírita Española- a fin de que te vayar entrenando en la práctica del amor a los demás.
Bendiciones y feliz nuevo año.

Han llegado los tiempos de la transformación

Han llegado los tiempos en los que los espíritas verdaderamente comprometidos con el Maestro Jesús, salgan de sus centros para trabajar en la transformación de la humanidad a través de la asistencia amorosa; llegados también los tiempos en los que los espíritas comiencen a trabajar en su verdadera transformación íntima, porque de otra forma, toda palabra sonará vacía (Centro de Enseñanza Allan Kardec de la Ciudad de México)