La siguiente historia es aportada por Ricardo Di Bernardi y tomada del blog espírita Ade-Sergipe, de Brasil. La traducción es nuestra:
Debemos recordar de inicio que el anencefálico, aunque sea considerado sin cerebro, en realidad es portador de un segmento cerebral, estando faltante regiones de éste que le imposibilitarán su sobrevivencia después del parto.
A fin de colocarnos en la visión espírita sonre este importante problema, ejemplificaremos con un caso real. Usaremos los nombres ficticios Juan y María.
Ambos se había casado hace 2 años. La felicidad había tocado a su puerta. María estaba embarazada.
Consultaban constantemente al médico y establecieron mil planes.
Sin embargo, a lo largo de los meses fueron sorprendidos luego de que un estudio de ultrasonido revelara la triste noticia de que su bebé era anencefálico.
Al ser informados, cayeron en llanto y más aun cuando el médico les ofreció el aborto, a lo que se negaron explicando su visión espírita.
-Se trata de un ser humano que renace necesitando de mucho amor y amparo. Nosotros esteremos con nuestro hijo, hasta cuando nos sea permitido –dijeron Juan y María.
-Pero esta criatura no va a vivir más allá de algunos días o semanas en la incubadora –dijo el médico.
-Estamos conscientes, pero hasta ese final seremos sus padres –indicaron los padres
Ellos guardaban secretamente la esperanza de que hubiese alguna equivocación en el diagnóstico y que por tanto su hijo estuviera sano.
Durante 9 meses dialogaron con su bebé de manera intrauterina. Le decían cuánto le amaban. Realizaban semanalmente una reunión de evangelio en el hogar, solicitando a los mentores la protección y amparo para el ser que reencarnaba.
Llegado el gran momento, comenzó el trabajo de parto. María entró a la maternidad con un dejo de esperanza y angustia.
El niño nació. El padre al ver al niño sufre un profundo impacto emocional, teniendo un desmayo.
El bebé sobrevive 84 horas en la incubadora con oxigeno.
Los padres regresan tristes a su hogar.
Pasaron ya dos años de ese caso.
Juan y María, trabajadores del instituto de cultura espírita de su ciudad, frecuentaban las sesiones mediúmnicas. Y durante una de ellas, la coordinadora de los trabajos informó que había el espíritu de un niño que se deseaba comunicar.
-Que los médiums ayuden a la incorporación para atenderlo –respondió el dirigente.
Después de algunos segundos, una experimentada médium da la comunicación:
-Buenas noches. Mi nombre es Shirley y vengo a abrazar a mi papi y a mi mami
-Quién es su papá y su mamá? –preguntó la dirigente
-Son aquellos dos –dice, señalando a Juan y María.
-Sea bienvenida Shirley, mucha paz! Qué tienes que decir? –dijo la dirigente,
-Quiero agradecer a papá y mamá todo el amor que me dedicaron durante el embarazo. Sí, yo era aquél anencefálico –dijo.
-Pero ahora usted está linda –contestó la dirigente.
-Gracias a las energías de amor recibidas, gracias al evangelio en el hogar, que bañaron mi cuerpo espiritual durante todo aquel tiempo –dijo.
-Cómo se operó este cambio? –preguntó la dirigente.
-Tuve permiso para dar este mensaje por el alcance que el mismo podría tener para otras personas. Yo poseía mu cuerpo espiritual muy enfermo, deformado por mi pasado lleno de equívocos. Fui durante nueve meses envuelta por una luz, una verdadera cromoterapia mental que gradualmente pasó a modificar mi cuerpo astral (periespíritu). Los diálogos que mis padres tuvieron conmigo fueron una intensa educación prenatal que mucho ayudaron a mi tratamiento. Yo expié en el verdadero sentido de la palabra. Expiar es como expirar, colocar para afuera lo que no es bueno. Yo drené mis deformidades periespirituales para mi cuerpo físico y me fui libertando de mis deformidades. Como mis padres fueron generosos, mi amor por ellos será eterno –dijo la pequeña por medio de la médium.
-Por qué estando en la forma de una niña te expresas tan inteligentemente? –preguntó la dirigente.
-Porque estoy en preparación para el regreso. Dicen mis instructores que tengo permiso para informar. Mis padres tienen el merecimiento de saber. Debo renacer como hija de ellos, tal vez el próximo año –explicó la pequeña incorporada.
Después de dos años que Shirley renació, hoy es una linda pequeña de ojos verdes y cabellos castaños, espíritu suave y encantador.
