Médico Norte-Americano Habla Sobre la Reencarnación
y Estudios Científicos
El médico y
escritor americano Jim Tucker es director de medicina de la Clínica de Psiquiatría
Infantil y Familiar, y profesor asociado de psiquiatría y ciencias neurocomportamentales
de la Universidad de Virginia (EUA), y también es una autoridad respecto a
investigaciones sobre la reencarnación e informes de la sobrevivencia del alma.
Posee más de dos mil casos que relatan memorias de vidas anteriores, todos
comprobados por un método de investigación científica desarrollada para el
estudio.
Tucker es el
principal investigador de la División de Estudios de la Percepción de la
Universidad de Virginia, donde a lo largo de los últimos 50 años, investiga el
tema. Él también es discípulo del Dr. Ian Stevenson, pionero y creador del
método el cual entrevista principalmente a niños con memorias de otras vidas y
busca la comprobación de estos recuerdos.
La revista
Salud y Espiritualidad ha platicado con el investigador acerca de sus estudios
sobre el tema y consideraciones sobre la reencarnación.
¿Cómo se interesó por la reencarnación?
JT: Cuando me
interesé por la cuestión de la vida después de la muerte, comencé a explorar el
trabajo que ya había sido realizado por el médico e investigador canadiense Ian
Stevenson. Vivía en Charlottesville, en los Estados Unidos, la misma ciudad
donde el trabajaba para la Universidad de Virginia, y por casualidad, contacté
a su despacho para ser voluntario y ayudarle en su investigación con
experiencias de casi muerte. Interesándome por todo el área que involucraba la
vida después de la muerte, comencé a adentrarme más en los casos de las
memorias de las vidas pasadas, mientras Ian buscaba a alguien que pudiera
ayudarle a conducir este trabajo.
¿Considera que las evidencias encontradas hasta
ahora son suficientemente consistentes para afirmar que la reencarnación hace
parte de un proceso biológico?
JT: Nuestros
casos no han sido comprobados, por lo tanto no podemos decir mucho sobre el
proceso de la reencarnación, o si es algo que todas las personas lo
experimentan, lo vivencian. Creo que podemos decir que algunos de nuestros
casos de estudios más fuertes ofrecen sólidas evidencias de que algunos niños
pueden tener memorias de vidas pasadas, anterior a esta vivencia.
¿Es posible explicar científicamente la
reencarnación?
JT: No puedo
ofrecer una explicación específica. Me parece que es un fenómeno de la
consciencia, siendo la consciencia asociada a un cuerpo, pero no necesariamente
dependiente de este cuerpo. Nuestros estudios demuestran que después de la
muerte de un individuo, algo de su memoria, así como sus emociones, siguen y a
partir de ahí, se vinculan a otro cuerpo.
¿Qué estimula dichas memorias de posibles vidas
anteriores?
JT: La mayoría
de las familias que han sido investigadas no ha sido posible identificar qué
hecho activa esta memoria, los niños de muy temprana edad, apenas empezaban a
hablar sobre sus memorias relacionadas a una vida anterior. Sin embargo, los
niños de más edad, que empezaban a hablar sobre una vida anterior, eran más
propensos a hablar sobre el tema cuando veían algo o alguien que les remitía a algún
recuerdo de sus vidas pasadas.
¿Es posible cuantificar cuantos niños empezaron a
recordarse espontáneamente de sus vidas pasadas?
JT: Hubo un
estudio realizado en la India donde se determinó que los recuerdos espontáneos ocurrían
en 1 de cada 450 individuos. Pero los investigadores reconocen que pueden haber
perdido datos para una mayor precisión de este número.
¿Y en relación a la edad…el proceso de recordarse de
las vidas pasadas son más activos apenas en la infancia? ¿En cuanto a la adolescencia y la vida
adulta , hay alguna posibilidad de recordarse espontáneamente de las vidas
pasadas en estos períodos?
JT: La edad
promedio donde los niños empiezan a hablar sobre sus vidas pasadas es de 35
meses, o sea, alrededor de los 3 años, y con algunas excepciones, la mayoría
deja de hablar sobre las mismas alrededor de los 6 o 7 años. Es posible que
retengan alguna memoria aún mismo después de haber dejado de hablar sobre
ellas. Algunas personas de más edad cuentan que consiguen acceder a sus vidas
pasadas durante meditaciones o regresiones (con o sin hipnosis), pero
generalmente no se verifican estas informaciones.
¿Hay una metodología para estudiar estos casos?
JT: Tenemos
una lista de 200 ítems los cuales preguntamos a las familias investigadas. Las
respuestas son entonces codificadas y son ingresadas en un banco de datos.
Intentamos también hablar con “cuantos testigos sean necesarios” – el mismo
niño, sus papás, alguien que haya escuchado el niño contar su vida pasada e
individuos que conocían a la persona de la vida anterior y puedan verificar y
confrontar con exactitud las afirmaciones hechas por el niño.
¿Qué dice la psiquiatría y la psicología sobre estas
memorias?
JT: La
psiquiatría y la psicología convencionales ignoran a este fenómeno. Nosotros y
nuestros colegas realizamos pruebas psicológicas con algunos niños. Algunos de
ellos, presentan pequeños problemas comportamentales, pero los otros están muy
bien. Un hallazgo significativo es que estos niños tienden a ser más
inteligentes. Unos de nuestros colegas, el psicólogo e investigador islandés
Erlendur Haraldsson, señaló cierta vez que algunos niños presentaban leves
síntomas de stress post-traumático, u otro grado de ansiedad así como fobias
relacionadas al modo de la muerte vivenciado en la vida pasada.
¿Puede la religiosidad o la espiritualidad
interferir en este proceso? ¿Sé analizó algún aspecto de estos factores en el
recuerdo de las vidas pasadas?
JT: Algunos niños
traen una religiosidad precoz, particularmente si la persona ha sido religiosa
en su vida pasada, pero no es un factor preponderante en la mayoría de los
casos. Algunos se acuerdan de eventos que pasaron
entre vidas.
También analizamos que si una persona tenía el hábito de meditar en su vida
pasada, el niño es más propenso a hablar sobre una existencia espiritual entre
dos vidas con cierta destreza.
¿Hubo algún caso que le haya impresionado?
JT: El caso de
un niño americano, James Leininger, es ciertamente un caso remarcable.
Alrededor de sus dos años, el empezó a tener pesadillas terribles sobre accidentes
de avión. Entonces, a partir de ahí, empezó a contar que era un piloto y que su
avión había sido derrumbado por los japoneses. Se acordó del nombre del portaviones
del cual había despegado, el lugar donde había sido muerto y el primer y
segundo nombre de un amigo que estaba en el portaviones. Posteriormente, se
verificó que un piloto que estaba en dicho portaviones, había realmente muerto en el lugar
especificado por el niño – y lo más sorprendente – los datos del accidente hacían
un match perfecto con la información
mencionada por el niño. El accidente pasó durante la Segunda Guerra Mundial, es
decir 50 años antes del nacimiento de James. Ni siquiera él ni su familia
tenían conexiones con cualquiera de las personas involucradas en los hechos de
la guerra.
¿Si tuviera la oportunidad de hablar con los padres
de todos los niños que se acuerdan de las vidas pasadas qué les diría ? ¿Los
alentaría a los niños a recordar este pasado?
JT: No, no los
alentaría a los niños, porque el proceso puede ser difícil tanto para ellos
como para sus papás. Si un niño empieza a contar hechos posiblemente anteriores
a esta vida, creo que los padres deben estar abiertos para lo que dicen, sin
necesariamente darle una importancia exagerada a eso. Los padres también deben
estar concientes que es posible que su hijo se sienta triste y aún mismo llore
por la persona a la cual se refiere en una vida pasada, pero estas emociones
diminuyen o incluso desaparecen cuando el niño alcanza la etapa escolar. Los
niños empiezan a involucrarse en su cotidiano y las memorias de las vidas
pasada se van debilitando.
Traducido de: Revista Saúde e Espiritualidade