martes, 19 de enero de 2016

La Oración Puesta en Práctica

No es en vano que el Evangelio Según el Espiritismo dedique un capítulo entero a la ley de la oración, definiéndola como un acto de adoración al Padre. El Libro de los Espíritus dice: “Orar a Dios es pensar en Él, acercarse a Él y ponerse en contacto con Él. (1)”
Diríamos entonces, que implica un encuentro verdadero con Dios, que va más allá de una reflexión. “Es sobretodo sintonizar pensamientos y emoción, construir fecundas conjugaciones mentales, establecer circuitos de poderosas energías constructivas” (2).
Cada oración, tanto cuanto cada emisión de fuerza, se caracteriza por determinado potencial de frecuencia y todos estamos cercados por inteligencias capaces de sintonizar con nuestra llamada, a la manera de estaciones receptoras" (3)


 Lo cual nos lleva a preguntar si ¿existe una manera – por decirlo así - correcta para orar?
Jesús nos enseña que el poder de la oración está en el sentimiento y la sinceridad y no en la multiplicidad de las palabras. Nos sugiere hacerlo en secreto (es decir no vanagloriarnos en medio de las personas), en aislamiento y recogimiento. En portugués, francés, italiano, castellano o japonés, lo que prevalece es el lenguaje del corazón (4).
De igual importancia, la oración nos invita a perdonar lo que tengamos contra nuestro prójimo y pedir por ellos. Sin lugar a duda, es una de sus dimensiones más hermosas. No hay lugar, no hay horarios, no hay reglas impuestas para sintonizarnos con la gracia de Dios.
Desde este prisma, adentrándose en un nuevo año, ponemos como punto de reflexión lo siguiente: ¿Quiénes se han propuesto aplicar la oración como manifestación viva, real, del encuentro con Dios en la cotidianidad? ¿Quiénes están dispuestos a emparejar sus acciones con los principios de la oración?
Aquí hacemos un paralelo entre las buenas acciones y la oración. Si la oración es un acto de adoración al Padre, y todos somos hijos Suyos ¿No sería justo decir que cualquiera de nuestras acciones basadas en el amor y en la caridad hacia nuestros hermanos es por consiguiente una adoración a Dios? Un buen padre no hace discriminación entre sus hijos, los ama de igual modo, y además espera y desea que puedan amarse entre ellos.
Entonces, además de escribir los propósitos de Año Nuevo, de cómo, por ejemplo, conseguir un nuevo empleo, bajar de peso, viajar más ¿Qué tal si externalizáramos nuestra expresión viva de la oración en nuestra conducta diaria?


Pensamos de la siguiente forma: ¿Quién nos dice que rezar sólo se puede de noche antes de dormir? ¿Ya han pensado que la fuerza de un pensamiento lleno de amor hacia los demás tiene un impacto vibracional elevadísimo aunque se lleve a cabo durante una actividad rutinaria?  Como por ejemplo; en camino al trabajo, en el metro, en el supermercado, en un parque, o incluso, frente a las adversidades de la vida (cuando por impulso y por el ego, queremos reaccionar negativamente, ya sea por verbalizar malas palabras o pensarlas, o hasta llegar a llevarlas a la agresividad física en contra de un hermano) y al contrario, si nos detenemos un momento, tomamos una respiración profunda, elevamos nuestro pensamiento a Dios con todo el corazón, y cambiamos nuestra actitud inicial por una más equilibrada.


Ciertamente ahí Dios también derrama su Gracia. La oración nos proporciona una base sólida para ajustar y construir todas las demás relaciones en nuestras vidas, ella también nos hace ver que estamos cerca de Dios a través de nuestro comportamiento hacia el otro.
A esto llamamos la “oración puesta en práctica” y los invitamos a que revisemos si está incluída en nuestros propósitos de Año Nuevo.

¡Feliz 2016!

Citas Bibliográficas: 
 1. Kardec, Allan. De la Oración. El Libro de los Espíritus. Trad. González Hernández, Alipio: Mensaje Fraternal, 2013.cap.II,pregunta 659, p.223.
 2. Santana, Hernani T. Oración. Correo Entre Dos Mundos. Por Diversos Espíritus. Rio de Janeiro: FEB, 1990, p.131
3. Xavier, Chico. En Torno de la Oración. Entre la Tierra y El Cielo. Por El Espíritu André Luiz 5.ed.Rio de Janeiro: Feb, 1972.

4. Peralva, Martins. O Pensamento de Emmanuel. A Eficacia da Prece. 5ed.Rio de Janeiro: FEB, 161.

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